CAPITULO 1
¿ALGUNA VEZ TE HAS SENTIDO INVISIBLE?
Se trataba de que Charlotte Usher cruzó con paso decidido el aparcamiento en dirección a la puerta principal de Hawthorne High repitiéndose su mantra positivo dijo este año será diferente. Éste es mi año. En un lugar de permanecer grabada para siempre en la memoria de sus compañeros de instituto como la chica que sólo ocupaba espacio, la ocupasillas, la que succionaba ese aire tan preciado al que bien podía haberse dado otra utilidad mucho más provechosa, este año empezaría con otro pie, un pie enfundado en los zapatos más exclusivos y más incómodos que el dinero puede comprar. Decía ella que nadie la veía, lo que era de esperar, pero por lo menos había conseguido cierto reconocimiento y una disculpa. Al parecer, su Plan de Popularidad, una larga lista que había confeccionado meticulosamente con el fin de atrapar al objeto de su deseo, Damen Dylan, empezaba a funcionar. Al igual que muchos otros de su condición, Charlotte había pasado el verano entero trabajando, sin embargo, a diferencia de la mayoría, ella había estado trabajando para sí. Se había dedicado en cuerpo y alma a estudiar el anuario del año anterior, casi como si le fuera la vida en ello.
MORIRSE POR SER POPULAR
Este capitulo trata de que habia sonado el timbre para la primera clase de secundaria, y la muchedumbre que rodeaba a Damen se dispersó. El parloteo del pasillo se fue apagando al tiempo que los estudiantes se dirigían a clase, y el único sonido que se podía escuchar ya era el eco metálico de los portazos en las taquillas y el de la banda del instituto entonando un ridículo arreglo de lo que parecía ser el Why Can't Be You de The Cure.
Después Charlotte se había colado discretamente en clase y a su izquierda vio cómo los estudiantes ocupaban sus sitios preferidos, dejaban caer bolsas y abrían y cerraban las cremalleras de sus mochilas en busca de cuadernos, bolígrafos, lápices, calculadoras. Se podía adivinar que era el primer día de clase porque todos estaban… tan bien preparados, por no decir que completamente felices de estar allí.
Los únicos asientos libres que pudo localizar se hallaban al fondo, detrás de Petula y las Wendys. Uno de ellos era probable que se lo estuvieran reservando a Damen, pensó. ¡Genial! El resto del curso pasaría la primera hora al ladito de la Lista A de Hawthorne. Una situación perfecta. Mientras se dirigía hacia el fondo del aula, sin embargo, Charlotte se había percatado de que su presencia no era precisamente bienvenida.

CAPITULO 3
DESPERTAR
Se trata de un torbellino de varios pensamientos Damen giraba de manera frenética en la mente de Charlotte cuando se despertó con el suave zumbido de los fluorescentes que se alineaban en el techo del aula. Muy despacio, abrió un ojo y luego el otro, y se percató de que a pesar de la intensidad con que lucía la luz blanca no le molestaba mirarla directamente.
Ella parpadeó unas cuantas veces y se incorporó hasta quedar medio tumbada, con el cuerpo apoyado sobre los codos. Observó las sucias manchas marrones de humedad y las pelonías de papel pegadas a los paneles cuadrados de espuma rígida del techo que se cernían sobre ella. Sintió como que se mareaba un poco, pero lo achacó a la emoción de los acontecimientos.

¿POR QUE YO?
CAPITULO 4
Este capitulo se trataba de que ella se preguntaba ella por un instante que ¿Por qué yo? se repetía Charlotte, no porque confiara en hallar la respuesta, lo hacía con la esperanza de que cuantas más veces formulara la pregunta, más clara tendría su situación y sólo entonces daría quizá con la solución. Era así como se planteaba los deberes de Trigonometría, repitiéndose en voz alta el problema, y siempre había dado resultado. Se ufanaba de esa confianza en sí misma.
Recordó la estadística que sostiene que la mayoría de las personas sufren ataques de corazón en lunes, el primer día de la semana. Ella se había muerto el primer día de curso, cuando parecía que las cosas iban a empezar a salirle bien. ¿Por qué le pasaba esto? ¿Por qué ocurría después de que el Destino los emparejase a ella y a Damen como compañeros de laboratorio? Necesitaba respuestas.
Después Charlotte corrió por las escaleras arriba gritando como una posesa, abrió de golpe la puerta sin número, emergió como una exhalación en el corredor y se detuvo bruscamente al encontrarse con PAM justo delante. Por un momento pensó que si corría lo bastante rápido escaparía de la pesadilla que estaba viviendo, o no viviendo, como podía ser que fuera el caso.

CAPITULO 5
MUERTE PARA PRINCIPIANTES
Se trataba que Charlotte todavía deseaba hacer, tanto lo que deseaba conseguir. Deseaba ver una nevada más, ver las mejillas rosadas de Damen tras un partido improvisado de fútbol después de clase, recibir otro boletín de calificaciones. Pero, claro, todos morimos con una lista de cosas pendientes, admitió. Nunca se tiene bastante.
— ¿Quién eres tú… en realidad? Pregunto —la apremió Charlotte.
PAM parecía bastante normal, pero ¿y si era una especie de demonio mutante enviado para escoltarla a las Tinieblas? Entonces quizá tuviera que afrontar una eternidad empujando una roca montaña arriba o algo por el estilo.
—Estoy aquí para ayudarte —le aclaró PAM—. Al principio, todos necesitamos que nos echen una mano con la adaptación, y la transición, de «allá» a «acá», es la peor parte.
— ¿Y dónde o qué es acá? —preguntó Charlotte.
—Hallarás las respuestas a cuanto quieres saber en Orientación —le desveló PAM.
— ¿Orientación? —preguntó Charlotte, irritada, levantando las manos al aire en un gesto de frustración.
SOBRE MUERTES, Y CITAS
Este capitulo es muy interesante este se trata de que Scarlet, la hermana pequeña de Petula, recibió un inesperado encargo de la redacción del periódico del instituto: escribir una noticia, la primera de toda su vida, sobre «una chica que había muerto en el instituto». Se dirigió a la oficina presa de los nervios, tanto por el encargo como por la perspectiva de tener que tratar con el profesor Filosa, el estricto carcamal que dirigía el panfleto, perdón, el periódico del instituto como si del Daily Planet se tratase.
—Nunca había tenido que escribir una —dijo Scarlet con sorprendente inseguridad—. Además, no es mi fuerte hablar bien de la gente que no conozco, ni tampoco de la que conozco, todo hay que decirlo.
NI SIQUIERA SABE QUE ÉXITO
Se trata de que Charlotte había decidió sacar partido de este «periodo de gracia». El «momento bombilla» que experimentara en la cafetería con PAM resultó, cuanto menos, motivador. Tenía planeado convertir su peor desventaja —estar muerta— en ventaja y servirse de ella para acercarse a Damen. Si de verdad no podía verla, tampoco podía poner reparos en que ella invadiera su espacio vital. En resumidas cuentas, podía ir donde quisiera y hacer cuanto se le antojara sin ser deleitadamente, podía «meterse» en la vida de Damen, literalmente.
—¡Meterme en sus clases, su taquilla, su coche, hurgar en sus calzoncillos! —gritó, y entonces se detuvo abruptamente—. Bueno, no en los calzoncillos… en los cajones de los calzoncillos y otras cosas… en la cómoda de su dormitorio… o donde sea —se ruborizó, en la medida en que le es posible a una chica muerta, ligeramente sorprendida y avergonzada de descubrirse tan calculadora. Estaba ansiosa por contarle a alguien su ingenioso plan, pero no podía.

CAPITULO 8
EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
Se trata de que la Residencia Muerta , así llamaban los chicos muertos a Hawthorne Manor, podría resultarles deprimente a otros, pero para Charlotte era como una comunidad. Ya nunca tendría la oportunidad de vivir en una residencia universitaria, y ésta, para ella, era lo mejor y lo más parecido. Le dijeron que ¿Tendría una compañera de habitación? ¿Pasarían la noche en vela charlando sin parar? ¿Estudiarían juntas y tendrían códigos secretos por si alguna de ellas invitaba a un chico a pasar la noche? ¿Compartirían la ropa y sufrirían incontrolables ataques de risa? ¿Pedirían una pizza a las tantas mientras estudiaban para pasar el día siguiente entero quejándose de los kilos de más? No. En el fondo sabía que no sería así y que eran cosas a las que debía renunciar, pero al fin y al cabo se trataba de una residencia, y eso significaba que no estaría sola. Eso, para ella, era más que suficiente.

CAPITULO 9
AL VOLANTE
Este capitulo se trata de petula y las Wendys entraron en el baño con aire despreocupado, como si fueran las dueñas del lugar. Hicieron una entrada coreografiada al milímetro, como era su costumbre, por si acaso alguien las observaba. Se trataba de su sesión postutoría y primera-hora-de-clase, y polvos, brochas y brillos de labios empezaron a emerger de cada bolsillo y estuche de sus carísimos bolsos a una velocidad superior al parpadeo de un ojo con varias capas de Revital ash en las pestañas.
Su acceso al espejo se vio momentáneamente bloqueado por un grupo de despistadas novatas andrajosas que como era evidente no habían sido aleccionadas todavía sobre el protocolo ante el espejo. Wendy Anderson se hizo cargo sin mediar palabra, rompiendo la bandada con una mirada gélida y señalando la puerta con severidad. Las novatas captaron la indirecta a la primera y desfilaron rápidas y en silencio, sin protestar.

CAPITULO 10
ULTIMOS ESCRITOS
Se trato de que el tiempo de prórroga «paciencia con la chica nueva» se agotaba, y Charlotte sabía que debía ponerse con el programa. Pero ¿qué era exactamente el programa? Había estado demasiado concentrada en sus cosas, y no tenía ni idea. De regreso en Muertología, la clase del profesor Brain había empezado y Charlotte llegaba tarde, de nuevo. Se coló aprovechando que Brain estaba de espaldas.
—Era tan joven —dijo el profesor, que se inclinó sobre el pupitre de Silent Violet y la miró directamente a los ojos—. El chico tenía toda la vida por delante… —continuó volviéndose hacia Mike.
—¿Cómo? —contestó Mike, que no podía oír lo que decía Brain.
—La vida, para ellos, no había hecho sino empezar —concluyó frunciendo el ceño a Simón y Simone—. ¿No arranca siempre así el panegírico? —Preguntó Brain, que regresó a la pizarra mientras Violet y los demás chicos asentían lentamente con la cabeza—. Y sea quien sea el panegirista: cura, rabino, pastor, imán, padre, hijo, profesor, amigo… quien sea —dijo—… acierta, naturalmente. Morir en la adolescencia es más que triste. Es trágico. Pero no por las razones que ellos creen.

CAPITULO 11
TAN VIVA
Se trataba de que Charlotte dio un respingo, cerró los ojos como si fuera a alcanzarla la ráfaga de sopa y sonrió por un segundo ante el momento exorcista.
Piccolo PAM observaba el tête à tête desde la mesa muerta, sintiéndose algo excluida.
—Entonces, ¿qué te parece? —preguntó Charlotte de nuevo, examinándose el vestido en busca de restos de sopa que limpiarse y esperando obtener esta vez una respuesta algo más favorable.
—Me parece que esta mañana has brillado por tu ausencia en los lavabos cuando te necesitaba y que ahora pretendes utilizarme —dijo Scarlel.

CAPITULO 12
ENTRELAZADAS
Se trataba de que Charlotte abrió la puerta del laboratorio de química y salió al pasillo con cautela. Estaba encantada de estar viva otra vez, y se notaba. El gesto malhumorado tan propio de Scarlet aparecía ahora atenuado, transformado en una amplia sonrisa de esperanza más parecida a la de Charlotte y los estudiantes la miraban dos veces mientras ella se dedicaba a repartir besos a diestro y siniestro, saludando a completos extraños con una vehemencia inusitada. Pero la metamorfosis no sólo se plasmaba en su actitud; bajo el control de Charlotte, el cuerpo de Scarlet también había empezado a adoptar un aspecto y una forma de moverse diferentes. Su postura se volvió más erguida, sus andares menos cansinos, hasta su comportamiento —vaya por Dios— se tornó más femenino.
A Charlotte le maravilló comprobar que era mucho más fácil alojarse en Scarlet que en Petula. Recordó la charla de Brain y la importancia de una buena disposición en todo el proceso de posesión, y se lo agradeció en silencio.
«Él lo sabe todo», pensó, mientras acariciaba con los dedos de Scarlet las paredes de bloque de hormigón pintado.

CAPITULO 13
Charlotee había llegado temprano a la gran fiesta de pijamas S.P.A., intoxicada por la idea de que se la incluyera en la camarilla por primera vez. Empezó a llamar al timbre de casa de Petula, pero después de pensárselo mejor procedió a atravesar la puerta sin más. La cosa era cada vez más fácil.
Allí en el salón se topó con el cuerpo medio exánime de Scarlet, indolentemente tirado en el sillón, con gafas oscuras y aspecto derrotado y deprimido.
Ya, y tú no te asustes tampoco de lo que puedas ver esta noche —dijo Scarlet a la vez que salía por la ventana y se esfumaba en la despejada noche otoñal. Ambas estaban emocionadas con lo que la noche les tenía reservado, y ninguna quería perdérselo ni por un segundo.
Charlotee oyó el timbre y se precipitó escaleras abajo ya que Petula parecía no tener ninguna prisa en abrir. Se deshizo en falsas sonrisas, justo igual que las Wendys, cuando abrió la puerta y las hizo pasar.
—Que empiece la fiesta —exclamó Seudo Scarlet pecando quizá de exceso de entusiasmo a la vez que le daba al Play del mando del CD.

CAPITULO 14
FRENESI
Damen y sus amigos de la escuela se habían atrinchado entre los arbustos y se asomaban clandestinamente a las ventanas de casa de Petula, espiando a las chicas en sus camisoncitos.Los chicos se volvieron hacia Máx., desconcertados.La Exhibición Pública de Erección —dijo con una carcajada, para vergüenza ajena de los demás.Petula se percató de la presencia de los chicos en el jardín y procedió a darles cuerda.Horrorizada, Charlotee concentró toda su energía en la botella por si podía emplear la telequinesia para moverla y que apuntara a Damen. Para su sorpresa, funcionó.Damen vaciló, sin saber muy bien qué hacer. No deseaba besar a la hermana de Petula delante de sus narices. La situación era violenta como poco, pero también había que pensar que era un juego.Petula se quería morir, pero intentó con todas sus ganas hacerse la dura.

CAPITULO 15
A VIDA O MUERTE
Charlotee se había asomado a la ventanilla de la puerta del aula de Física, la misma a la que se asomara cuando exhaló su último aliento, sólo que esta vez, se encontraba, literalmente, al otro lado. Vio que Damen las estaba pasando canutas con el control de Física bajo el «ojo» escrutador del profesor Widget. Todos en la sala estaban nerviosos, aunque ni de cerca tan angustiados como Charlotte.Charlotte no podía soportar más su agonía y finalmente se decidió a entrar y echarle una mano. Traspasó la puerta y se dirigió al fondo del aula, hacia el pupitre de Damen. El mini sistema solar que colgaba del techo se puso a girar al aproximarse ella a Venus, el planeta bajo el cual se sentaba Damen.
Charlotee se situó de pie detrás de él y trató de mover su mano telepáticamente hacia la respuesta correcta, aunque sólo para constatar, de nuevo, cuan difícil le resultaba emplear sus poderes con Damen. Hallarse inclinada sobre su hombro como estaba, en tan íntima posición, mirando el examen, con su mejilla prácticamente pegada a la de él, era una experiencia increíble para ella, si bien a él no le venía nada bien.

CAPITULO 16
LAS PRINCESAS Y LAS IMITADORAS
Lo mismo es un efecto colateral de la posesión —rumiaba Scarlet en el pasillo de camino a su taquilla. «¿Podía ser que le empezara a gustar Damen Dylan como… persona?», se atrevió a pensar. «¿Como tío?» En un desesperado intento por ahogar los desagradables pensamientos que rondaban por su cabeza, buscó consuelo nuevamente en el control del volumen de su iPod, haciendo girar la ruedecilla hasta un nivel capaz de hacerle saltar a uno los tímpanos, tan alto que quienes se encontraban medio pasillo más adelante pudieron reconocer su lista de reproducción.
Mientras se dirigía a la taquilla ataviada con una descolorida camiseta vintage de Suicide y cargando con una mochila de los Plasmatics, escrutó el pasillo en busca de Charlotte, cuya ausencia ya se hacía notar, pero sólo divisó a Damen, que esperaba apoyado contra una taquilla contigua.


